Llevamos siglos contraviniendo el no mataras, llevamos siglos hipnotizados con la hipocresía de que el asesinato es justificable, aplicable y necesario, para la sociedad, que es mejor que mueran unos, para salvaguardar a otros.
Estamos cargados de armas, no paramos de fabricar, diseñar, inventar, o mejorar todo tipo de mecanismos para destruir, para matar. Todos nuestros Estados están en permanente renovación y expansión militar y policial, para, nos dicen, garantizar nuestra seguridad, de los enemigos interiores y exteriores.
¿Necesitamos más historia, más muerte y asesinato, para ver esta terrible hipocresía? ¿acaso no vemos, con total y absoluta claridad que los Estados, todos los Estados, con sus ejércitos, policía, no son más que garantes y defensores, de quienes ostentan el poder y sus enormes privilegios? ¿y que si cesara por un solo momento su férrea e hipócrita guerra y asesinato, su hipócrita condena de millones al hambre, al más absoluto e inhumano desamparo, dolor, condena y muerte, automáticamente perderían su poder?
Perderían la hipnótica hipocresía que fundamenta una opinión pública que justifica, el asesinato, expolio, y las más atroces y terribles injusticias a miles de millones de humanos, niños y adultos.
Estoy escribiendo, desde las cabezas sumidas en el dolor, desde las cabezas que descansan un pequeño intervalo de sueño, sobre la mesa de trabajo, para que yo me pueda comunicar, comprar y mantener este terrible latrocinio, justificado y defendido desde la armas, desde la mas profunda e hipnótica hipocresía colectiva.
No hay ningún argumento, ninguna extirpación cancerosa, como un mal menor, que pueda justificar, que pueda conjugar, asesinato y amor, asesinato y justicia, asesinato e igualdad, asesinato y fraternidad. ¡No lo hay! O despertamos cada uno de los individuos, a esta certeza, a esta Verdad, y vivimos en ella y por ella, o simplemente somos las múltiples columnas, los múltiples apoyos que sustentan, legitiman, argumentan, y posibilitan, la difusión de esta tremenda hipocresía. Formando una parte legítima, de una opinión pública, que como un aguijón venenoso, clava su ponzoña, en todos los estratos más débiles y desprotegidos, y permite mantener y justificar en todas las múltiples dimensiones, en las que opera, un universo humano de dolor y muerte, para beneficio de quienes durante siglos, desde iglesias y pulpitos, han predicado, justificado y argumentado, la represión, el asesinato y guerra.
¿La rebelión en Krondstadt fue pacífica?
La rebelión en Krondstadt, demostró como el Estado no sabe de justicia. Y por supuesto no fue inspirada y mantenida sobre la premisa de la resistir al mal con la no violencia. Lo cual no significa que como individuo apoye la violencia como método, creo que es un fenómeno a priori entendible, rebelarse violentamente contra la agresión e injusticia, otra cosa muy diferente es que crea que con este sistema avanzamos hacia una mayor justicia, la historia desmiente este punto.
Querido Joan:
Me he alejado unos días de Espagna y de los periódicos.
La paciencia que empleas en ensegnar a otr@s un modo diferente al ya instaurado por el poder de la guerra que ostentan dioses despiadados y locos, ya es una gran semilla de amor que se multiplicará.Haz tu siembra, desde este espacio, desde otros y llenarás recipientes de amor. Esa es tu belleza y tu justicia cabal del día a día.Y tu alegría.
Cuando te rebeles, te inunde la ira por las guerras, escríbelo, busca consuelo en los que intentamos caminar por el mismo sendero de dulzura y mira a tu alrededor , el mar, la arena, el murmullo del aire…unos ojos receptivos que te devuelvan serenidad y fuerza para continuar.
Y no te olvides que dentro de todos los pronósticos más catastrofistas existe belleza y alegría y tu propio mundo.
Pasa que no todo cambia en un día.Y recuerda Islandia.Allí es una mujer la que ha ido sembrando poco a poco una utopía.